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Madrid, su río, y la bicicleta

En París están celebrando el viaje 100 millones en su sistema de bike sharing, Velib, que permite a residentes y turistas usar una bicicleta para desplazarse por la ciudad. En muchas ciudades del mundo, desde Barcelona hasta Pekín, se puede usar una bicicleta como medio de transporte. En Seúl están muy contentos, porque han llegado a los 100.000 viajes, muchos menos que los parisinos, la verdad, pero bueno, están muy contentos, y han decidido apostar por ello con mayor ímpetu. En Copenhague existe desde 1995 un sistema de bicicletas compartidas, y como querían mejorarlo, han convocado un concurso de ideas internacional. Más de 100 ciudades en España tiene ya sus propios servicios públicos de préstamo de bicicletas, que se expanden por todo el mundo, como se puede ver en este utilísimo mapa.

En Madrid hubo un proyecto para implantar un sistema de bike sharing, Mybici, pero tuvo que ser desestimado «por la crisis». En este vídeo nos cuenta Gallardón todo lo que ha hecho por la bicicleta en Madrid, y lo que haría si ganaba las elecciones. Y se muestra particularmente contento de que siempre que el Ayuntamiento ha intervenido en la ciudad ha introducido más espacio para la bicicleta.

Bueno, pues a lo que iba, que se me va el santo al cielo. El Ayuntamiento de Madrid no ha tenido más remedio que limitar la velocidad de las bicis en el nuevo parque lineal del Manzanares, llamado Madrid Río, porque peatones y ciclistas estaban a la gresca. En una nota de prensa, cuenta el Ayuntamiento que ha tomado esta medida porque quiere fomentar «la integración», y que «la senda ciclable de Madrid Río se ha diseñado como un espacio de convivencia y tolerancia entre ciclistas y peatones». Pues bien, lo que quería decir con todo esto es que me parece una de las mayores frivolidades que he visto en toda mi vida escudarse ahora en un vocablo politizado, integración, para tratar de disimular lo que es cada vez menos evidente debido al entusiasmo con que los madrileños han acogido, naturalmente, el nuevo espacio del Manzanares, pero que con el tiempo será cada vez más patente, y es que Madrid Río no es más que un parque, o más bien una alfombra con una imagen de un parque, como decía Antonio Fernández Alba, pero que no ha sido aprovechado en absoluto para construir un espacio productivo, conectado con la ciudad, comunicado con los barrios que atraviesa, con transporte público, resumiendo, rentable desde el punto de vista urbano.

Madrid Río es una de las más clamorosas oportunidades perdidas de la historia del urbanismo universal.

En la foto, Gallardón y su equipo en bici por el anillo ciclista

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