su agente inmobiliario

Home, sweet home

Madrid, final del verano. Vuelta a casa, siguen las obras, que no terminarán, ya se sabe, hasta poco antes de las elecciones, previa inauguración de quien corresponda, como es natural. Siguen peatonalizando. Pongo aceras, quito aceras, pongo semáforos, quito semáforos, traslado la boca de Metro, cambio el kiosko de periódicos, y así hasta que se acabe el dinero. (Afortunadamente parece que se ha acabado ya, y por fin puede haber llegado la época del no hacer nada con urgencia de Jaime Lerner, padre del sentido común urbano.)
Una triste noticia: siguen sustituyendo las antiguas losas de piedra por unas nuevas, el colmo de los colmos, la insensatez. Cuando por fin la piedra va cogiendo su pátina, gracias al uso y al paso del tiempo, es desechada. Me recuerda esto a los nuevos vientos que llegan desde la Bienal de Venecia, en la que la arquitecta japonesa Kazuyo Sejima ha propuesto como tema a los participantes reforzar la relación entre la arquitectura y las personas. People meet architecture es su lema. ¡Que gran idea! ¡Que gran logro sería que la arquitectura y la ciudad fueran para las personas! Quizás podríamos seguir pisando los antiguos suelos de piedra, suaves, sin aristas, en lugar de los nuevos recién estrenados.
(No sé porqué, pero sospecho que hay algo en todo esto que no funciona)

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