Estimado/a casero/a
Me dirijo a ti para pedirte ayuda, pues me encuentro en una situación complicada.
Necesito una reducción de la renta de mi piso, ya que los ingresos de mi unidad familiar se han visto reducidos, de momento, en un xx%, y por un tiempo de ————-, por lo que en los próximos meses, y hasta que se restablezca una situación de normalidad (es decir, hasta que vuelva a recuperar mis ingresos habituales), no voy a poder hacer frente al pago de la renta actual.
Apelo, en primer lugar, a tu solidaridad y empatía para ayudarme a paliar esta imprevisible situación de emergencia.
Por otro lado, aunque en esto momentos sea difícil hacer estimaciones, es previsible que en los próximos meses el mercado tienda a la baja, ya que van a volver al alquiler como vivienda habitual miles de viviendas que están dedicadas al turístico, así como a otro tipo de alquileres temporales, aumentando considerablemente la oferta, a la vez que es previsible que disminuya en buena medida el número de personas que puedan garantizar el pago de una renta, así como su poder adquisitivo.
Creo que nos interesa a los dos llegar a un acuerdo de una nueva renta. A mí porque estamos a gusto en esta casa, y, si la podemos seguir pagando, nos gustaría permanecer en ella. Y a ti porque ya sabes que somos unos buenos inquilinos, que cumplimos con nuestros compromisos y no damos problemas, lo cual, como dice un buen amigo que tengo que es agente inmobiliario, es lo más importante para un casero.
Dada, por tanto, la situación de emergencia e incertidumbre en que nos encontramos, y apelando a tu solidaridad y empatía, por un lado, y a lo imprevisible de la evolución del mercado, por otro, te pido por favor que aceptes esta rebaja temporal de —– € mensuales, de momento durante los meses en que dure el confinamiento. Con esta medida excepcional y provisional, creo que estaremos en disposición, cuando el mercado se normalice, de poder iniciar conversaciones para mantener la buena relación que todos queremos conservar.
En ………………, a …. de ….. de 2020.